HISTORIA
DE HUEHUETENANGO:
Durante la época prehispánica, el señorío mam era de los más vastos territorialmente, pues comprendía los departamentos de Huehuetenango, Totonicapán, Quetzaltenango, San Marcos y la provincia de Soconusco(ahora territorio mexicano); pero debido a las cruentas luchas entre los diferentes señoríos, este territorio fue desmembrado, especialmente por la invasión de los quichés al mando del rey Quicab, conocido como Quicab el grande, y sus aliados los kaqchikeles, obligando a los mames a abandonar parte de sus extensos dominios, replegándose a la parte montañosa, en especial Huehuetenango y San Marcos, aunque actualmente todavía existen pueblos mames en el departamento de Quetzaltenango, como en los municipios de Cabricán, Huitán, San Juan Ostuncalco, Concepción Chiquirichapa, San Martín Sacatepéquez y otros.
La
ciudad de Huehuetenango fue fundada por Gonzalo
de Alvarado en 1524 al
finalizar la conquista de la antigua capital precolombina de los mames: Zaculeu que
significa Tierra Blanca. Mucha gente descendiente de los mames, aún vive en
los municipios aledaños al Municipio de Huehuetenango y las Ruinas del antiguo
centro ceremonial de Zaculeu constituyen una atracción turística ubicada a
cuatro kilómetros del Parque Central de la ciudad.
Durante
la conquista, los indígenas tlaxcaltecas y mexicas que
acompañaban a los españoles, le cambiaron el nombre por Ueuetenango que
algunos interpretan como lugar de los viejos, aunque posiblemente le llamaron
así por la abundancia del árbol llamado sabino, que abunda en los márgenes del
río Selegua y que en México se conoce como ahuehuetle, por lo que los mexicanos
lo llamaron ahuehuetles, o sea Ahuehuetlenango, que posteriormente se
cambió por Ueuetenango, Vevetenango, Güegüetenango, hasta llegar a lo que
hoy se conoce como Huehuetenango.
Huehuetenango
permaneció unido al partido de Totonicapán durante todo el período hispánico. La
cabecera del departamento, ha sido desde 1866, la ciudad de Huehuetenango, salvo un
período de pocos años, en que fue trasladada a la que hoy es la vecina Villa de Chiantla durante
el período de Gobierno de Justo Rufino Barrios, como se describe más adelante.
La
Municipalidad de Huehuetenango solicitó al Jefe de Estado de Guatemala, en 1826, la formación de un nuevo departamento con
los pueblos que históricamente formaban el Partido de Huehuetenango, pero no se
logró nada, debido probablemente a los trastornos políticos de esa época.
Al
organizarse por segunda vez en 1838 el Estado de los Altos, se reunieron de nuevo bajo aquella
denominación política y siempre dentro de la Federación de Centroamérica, los
pueblos que componían los entonces departamentos de Sololá, Totonicapán y
Quetzaltenango, señalándose como territorio, el mismo con que figuraban en las
cartas geográficas levantadas en 1832 por
Miguel Rivera Maestre, mencionándose al departamento de Güegüetenango, según se
lee en el decreto de la Asamblea Constituyente del Estado, emitido el 26 de mayo de 1839.
El Presidente
de la República, mariscal Vicente
Cerna Sandoval, emitió el decreto del 8 de mayo de 1866, por medio del cual se acordó que a los
territorios de San Marcos, Huehuetenango, Petén, Izabal y Amatitlán, que habían
conservado la denominación de distrito, se les diera en lo sucesivo la de
departamento.
Durante
la revolución del dictador liberal Justo
Rufino Barrios en
1875, Chiantla aporto recursos y hombres agrupados en lo que se conoció como El Batallón Chiantleco, lo que fue premiado por el dictador
Barrios , adicionando territorio y concediendo a los milicianos de Chiantla, gran parte del área de la meseta de
Los Cuchumatanes y el territorio que en el 2005 fue
reconocido como el Municipio 32 del Departamento de Huehuetenango: Unión
Cantinil; siendo en este período corto (1881-1885), la capital del
Departamento. Por otra parte, dicho traslado de Cabecera Departamental
constituyó represalia contra la población de Huehuetenango, debido a que
Barrios fue rechazado durante la revolución por los pobladores de la ciudad,
siendo herido gravemente.
De
esa cuenta, durante algunos años se mantuvo un sentimiento de rivalidad entre
los habitantes de ambos pueblos. En la actualidad son fuertes los lazos
familiares que los unen, sin embargo no dejan de ser frecuentes graciosas
anécdotas (chistes) que los huehuetecos publican de los pobladores de la Villa
de Chiantla.
BY: Silvia |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario